telefonicaSe trata de la drástica caída del negocio de Telefónica, el principal operador del sector en España y heredero del antiguo monopolio telefónico. Todo un desastre todavía sin solución.

Hierve el sector teleco ‘ibérico’. No sólo por las operaciones corporativas, sino también por los problemas del gigante Telefónica. La compra de Ono por Vodafone, la fusión de Másmóvil-Ibercom o las posibles operaciones en torno a Jazztel han contado en 2013 con un factor determinante como telón de fondo, hasta ahora inédito.

La entrada en barrena de Telefónica en España se tradujó el pasado año en un descenso del 13,4% en su cifra de negocio, hasta 12.959 millones de euros, según consta en su último informe anual 2013. Son 2.000 millones menos que en 2012 o unos 4.300 millones que en 2011 (-25% en dos años), cifras que le han llevado a perder la condición de empresa con mayor facturación en territorio español a manos de Mercadona o El Corte Inglés.

Por su parte, Vodafone, su principal competidor local, ha caído un 20% (-1.200 millones de e euros) entre 2011 y 2013, hasta 4.700 millones, cifra que se verá compensada este año cuando se incorporen los 1.600 millones que ingresa Ono, su reciente adquisición. Los británicos volverán así a tener el mismo tamaño que hace dos años pese a la mala marcha de su negocio, aunque para ello han tenido que pagar 3.900 millones por Ono y asumir otros 3.300 en deudas.

En ambos casos, la caída del negocio viene motivada por la fuga de clientes a otros operadores en auge como Jazztel y los OMV (Operadores Móviles Virtuales), así como por la eliminación en marzo de 2012 de la política de subvención de la compra de terminales, especialmente del iPhone de Apple, que estaba sangrando la rentabilidad y las cuentas del grupo. En el informe se señala que Tuenti, la segunda marca de Telefónica tras Movistar, volvió a formar parte del perímetro de la filial española desde el 1 de enero de 2013.

El legado de Alierta

Levantando algo más la vista hacia el pasado, y por elevación, Telefónica ha registrado un desplome del 60% (-7.700 millones) respecto a 2007 y 2008, cuando registró su máximo histórico de la compañía en España (20.900 millones anuales). El peso de la filial española en relación al total de ingresos del grupo ha bajado en el mismo periodo del 47% al 23% actual, si bien sus beneficios fueron mayores (3.000 millones por extraordinarios como la venta de activos (Hispasat, Rumbo, Atento…) o por la activación de más de 500 millones en créditos fiscales.

Su valor en bolsa ha caído en el mismo periodo de seis años ha caído a la mitad, de 100.000 a 50.000 millones, mientras que la deuda financiera de la compañía ha crecido de 45.000 a 47.000 millones. Por el camino se han producido varias reestructuraciones directivas -la última hace pocas semanas- de la que sólo se sigue salvando el presidente César Alierta. En catorce años de presidencia del aragonés -fue nombrado presidente en el año 2000-, la facturación anual de la filial española de Telefónica ha menguado de 20.600 a los 12.959 millones, un 56% menos o el equivalente a 7.356 millones.

HemeroTek

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