La 2‘La noche temática’ estrena esta semana ‘El filón de la marihuana’ y ‘Doctor Feelgood’ bajo el título ‘El negocio del dolor’. En Estados Unidos, la legalización del cannabis vive un boom. Es un mercado que mueve alrededor de 7.000 millones de dólares anuales. El principal reclamo para su legalización es el uso terapéutico. Existe una delgada línea entre el derecho de toda persona a aliviar el dolor y la legalidad en las prescripciones médicas de, por ejemplo, los opiáceos, cuyo abuso ha llevado a una epidemia de adicción en EE.UU.

‘El filón de la marihuana’
Más del 60% de los estadounidenses viven en un estado donde el cannabis es legal, ya sea con receta o sin ella. Es una tendencia que parece irreversible. Los norteamericanos están a favor del fin de la prohibición y los inversores apuestan por un mercado prometedor.

En California el cannabis está legalizado desde 1996. Se convirtió en una sustancia que se puede consumir legalmente con fines medicinales. En Colorado basta con tener 21 años para comprar marihuana. Sólo la ciudad de Denver cuenta con más de un centenar de tiendas. Estas cannabis shops suelen ser de dimensiones modestas, cada una con sus especialidades de la casa, conocidas por los clientes. Sin embargo, a pesar de la euforia reinante en el país, toda la economía de la hierba está supeditada a las decisiones políticas de la nueva administración Trump, que podría optar por dar marcha atrás e imponer la prohibición total.

‘Doctor Feelgood’
En el año 2004, el Dr. William Hurwitz, más conocido como Doctor Feelgood, fue declarado culpable de más de 50 cargos por recetar opiáceos adictivos para tratar el dolor. Se le impuso una condena de 25 años que en un segundo juicio quedó reducida a cuatro. Hurwitz trató en todo Estados Unidos a cientos de pacientes aquejados de dolores crónicos. Los testimonios de algunos de sus pacientes se contradicen. Algunos lo reverencian, mientras que otros lo condenan.

Hoy, las estadísticas de abuso de drogas se están disparando en Estados Unidos. Los analgésicos opiáceos matan a más estadounidenses cada año que el VIH o los accidentes automovilísticos, y la adicción a los opiáceos ha impulsado un aumento aún más dramático en el consumo de heroína. El discurso público sobre este tema está plagado de acusaciones contra las grandes compañías farmacéuticas, los médicos e incluso los propios pacientes casi a diario. En 2016, el gobierno federal emitió sus primeras pautas nacionales para controlar las prescripciones de opiáceos.
Sábado 24 a las 23.45h

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