
Según explican fuentes sindicales, más de 300 trabajadores del área comercial abandonaron forzosamente la compañía durante los tres últimos meses, mientras que otros 100 empleados están condenados a engrosar las listas del paro en las próximas semanas.
De esta forma, según los sindicatos, la firma de telecomunicaciones elude la presentación de un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que sólo podría ser permitido este año con el consentimiento explícito de los representantes sindicales.
Los tijeretazos a la plantilla de Ono, de 4.400 empleados, se hicieron notar durante los pasados meses de junio y julio, con la supresión de 200 puestos, correspondientes a contratos temporales. Muchos de ellos se extinguieron antes de su finalización.
En agosto, las bajas forzosas continuaron con otros 100 despidos de trabajadores que "no cumplieron los objetivos comerciales".
El Economista