
El director húngaro Ladislao Vajda en 1955 imprime su talento fílmico en la adaptación del relato de José Mª Sánchez Silva. En el Siglo XVII, después de una larga guerra alguien deja un bebé, de apenas un mes, a la puerta de un convento de frailes franciscanos. Éstos le bautizan con el nombre de Marcelino. Pasan los años y, aunque el niño vive feliz entre los monjes, no puede evitar pensar en que no tiene una madre. Intentan buscarle una familia, pero nadie quiere acogerle. En un desván del convento hay una imagen de Jesucristo, de la que Marcelino se hace amigo, habla con él, y le sube de la cocina lo que puede: pan y vino…
Jueves 21 a las 21.30h