
Esta es la primera sentencia dictada por las demandas interpuestas por MEDIAPRO contra los clubs que rompieron contratos en vigor.
El club y MEDIAPRO habían suscrito un contrato en enero de 2010 que el juzgado estima plenamente vigente. El contrato establecía un mandato por el cual el club encargaba a MEDIAPRO, de forma irrevocable, la búsqueda de ofertas para la cesión de sus derechos audiovisuales. El Atlético de Madrid, amparándose en la manipulación de una resolución de la Comisión Nacional de la Competencia, rompió dicho contrato y adjudicó a Digital + sus derechos audiovisuales.
En la sentencia la juez estima íntegramente la demanda presentada por MEDIAPRO y obliga al club a pagar 9.882.000 euros, más los correspondientes intereses de demora, así como las costas judiciales.
MEDIAPRO considera que esta sentencia desmiente el convencimiento general de que en el mundo del fútbol es posible romper contratos en vigor con total impunidad.
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