
Los detenidos habían instalado cientos de kilómetros de cable en un barrio de Badalona (Barcelona), sin licencia municipal y sin cumplir las condiciones de seguridad mínimas, y los encargados de su mantenimiento también realizaban los cobros por prestar este servicio a los usuarios. Los arrestados llevaban diez años actuando en los que habrían obtenido unos beneficios de seis millones de euros.
Tras tener conocimiento de la existencia de una red ilegal, los investigadores localizaron al máximo responsable de la instalación y del mantenimiento de ésta.
Con motivo del partido de la Copa del Rey, los agentes pusieron en marcha un operativo para comprobar cuáles eran los establecimientos públicos que emitían los contenidos sin autorización.
Estas gestiones permitieron localizar los dos domicilios donde se encontraban los medios técnicos utilizados para la emisión de la señal, en los cuales se encontraron cabeceras técnicas, amplificadores y moduladores de señal que permitían su distribución.