discovery maxLa singular familia formada por Bob y Julie Miner en lo más profundo de los bosques de Maine (Estados Unidos) está formada varios empleados y voluntarios y más de 200 animales domésticos, exóticos y salvajes que han ido reuniendo durante los últimos 21 años. En este tiempo, la pareja se ha dedicado a proporcionar un lugar seguro en el que estos animales pudieran encontrar cobijo, cuidado y todo tipo de atenciones. ‘Mi patio es una jungla’ estrena su segunda temporada el domingo 15 de mayo a las 09,35 horas en Discovery MAX.

Como puede comprobarse, la emocionante vida cotidiana de Bob, Julie y su personal consiste en trabajar día y noche en su casa del monte Vernon, que ellos definen como una ‘granja innovadora con ganado alternativo’, en la que viven canguros, lémures, lobos, tigres, camellos y leones, entre muchas otras especies exóticas. Los Miner no renuncian a que la gente vea su trabajo y disfrute de estos animales tan poco comunes en los bosques de Maine, pero no son un zoo y no se plantean obtener dinero a cambio de exhibirlos. Su único fin es conseguir que los visitantes aprendan y respeten a los animales.

Los animales de D.E.W. Animal Kingdom tienen diversas procedencias, desde zoológicos a personas que los poseían ilegalmente como mascotas y que finalmente decidieron deshacerse de ellos. Sin embargo, después de tantos años, ya disponen de una población autóctona de animales nacidos en su propiedad. Su inquilino más antiguo es Freddy, un gibón 30 años de edad, un mono que llegó a sus manos en 1984, cuando sólo tenía dos años. Durante el invierno, Freddy y muchos otros animales exóticos procedentes de climas cálidos -como los canguros y wallabies y los coatíes- se trasladan a graneros con calefacción. Pero muchos otros, como los gatos salvajes, son capaces de adaptarse al frío y permanecer en sus recintos al aire libre durante todo el año.

Bob Miner comenzó a cuidar animales en su granja en el año 1980, después de sufrir varios derrames cerebrales tras prestar servicio en la guerra de Vietnam. Según asegura, los animales y las relaciones que estableció  con ellos fueron decisivos para lograr su recuperación. En 1994, Julie y sus dos hijas, Hannah y Heidi, se ofrecieron para ayudarle en la granja. Bob y Julie congeniaron a la perfección y se casaron seis meses después. Posteriormente, la pareja se mudó a D.E.W. La única financiación que han conseguido desde entonces procede de los derechos de admisión, donaciones y de las ventas de recuerdos y regalos de los que disponen en su tienda.
Domingo 15 a las 10.05h

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