Unas líneas, unas palabras escritas en un papel y metidas en un sobre y que llega, o no, a su destinatario es, en muchas ocasiones, el comienzo de una película, el desencadenante de la trama. Historias de amor, de traición, de suspense y misterio, de guerra o policiacas… A veces la clave de todas ellas está en una simple carta.
Todos los miércoles de noviembre TCM emite un ciclo de películas en el que las misivas, los mensajes, escritos y cartas son los verdaderos protagonistas. Títulos como La carta, dirigida por William Wyler y protagonizada por Bette Davis o La carta final, con Anne Bancroft y Anthony Hopkins, la historia de una amistad epistolar entre una lectora de Nueva York y un librero de Londres.
El bazar de las sorpresas, dirigida en 1940 por Ernst Lubitsch y protagonizada por James Stewart y Margaret Sullavan, y Tienes un email de Nora Ephron, con Tom Hanks y Meg Ryan, estrenada en 1989, es la misma historia. En las dos, la correspondencia, ya sea postal o electrónica, es el desencadenante de una historia de amor.
Unas cartas enterradas y encontradas por unos arqueólogos japoneses le sirven a Clint Eastwood para reconstruir una de las batallas más cruentas de la II Guerra Mundial en Cartas desde Iwo Jima. Las diferentes misivas cifradas que se reciben en la redacción del diario San Francisco Chronicle pueden ser claves para descubrir a un peligroso asesino en serie, como cuenta David Fincher en Zodiac, la cinta basada en el famoso caso del asesino del zodiaco.
En el cine, como en la vida, las cartas pueden deparar enormes sorpresas. En Carta a tres esposas, dirigida por Joseph L. Mankiewicz, tres amigas reciben una carta escrita por una cuarta, en la que les dice que se va a fugar con el marido de una de ellas, pero sin especificar de cuál. Y en Carta de una desconocida de Max Ophüls, el pianista interpretado por Louis Jordan recibe una carta de una mujer que no conoce y que le dice que ha estado enamorado de él toda su vida.
Una cosa es segura: la programación llegará puntualmente todos los miércoles de noviembre a los buzones, en este caso televisores, de los espectadores de TCM sin sufrir retrasos.
Todos los miércoles
