El puerto marítimo de Barcelona recibe cerca de 6000 contenedores diarios con mercancías procedentes de todo el mundo que, en tan solo un año, pueden ocultar más de 30 000 kilos de cocaína. Eso convierte a la ciudad portuaria en una de las puertas de acceso más importantes de Europa para del lucrativo negocio del narcotráfico.

Joaquín Manchado lo sabe muy bien, pues es el propietario de su terminal principal. Si alguien quiere importar mercancías ilegales a través del puerto debe contar con su ayuda y con la colaboración de la red criminal que ha montado a su alrededor. Sin embargo, un accidente imprevisto y la desaparición de un importante cargamento de cocaína desencadenan una guerra sin cuartel plagada de asesinatos y venganzas.
Desde viernes 15

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