En el verano de 1997, el asesinato del fotoperiodista José Luis Cabezas conmocionó Argentina y acabó destapando una red de crimen organizado que parecía implicar a su élite política y financiera.

Las consecuencias serían casi tan dramáticas como el propio crimen, no solo para su perpetrador, sino para todo el país.
Desde jueves 19

En este artículo

Iniciar conversación

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.