A principios de febrero, Netflix lanzó su campaña más comentada contra el uso compartido de contraseñas en España, lo que resultó en una pérdida inmediata de un millón de usuarios.
Netflix espera que, con el tiempo, muchos de estos usuarios vuelvan al servicio pagando una suscripción, pero la tendencia actual muestra que esto está lejos de estar garantizado. El efecto instantáneo es que Netflix tiene muchos menos espectadores: la plataforma casi triplicó su tasa de abandono en el trimestre en comparación con el período anterior, y cerca de la mitad de los usuarios que abandonaron la plataforma dijeron que no pagarán por el servicio.
Curiosamente no hay un fuerte sesgo demográfico de los usuarios que cancelaron su cuenta, lo que indica un rechazo más rotundo de las medidas para acabar con las contraseñas compartidas. Y las proyecciones para el próximo trimestre son preocupantes: el 10% de los suscriptores que se quedaron con Netflix dice que planea darse de baja en el segundo trimestre del año, una cifra muy por encima del promedio observado en trimestres anteriores
Por supuesto, existen riesgos inherentes a la restricción del uso compartido de contraseñas, sobre todo si recordamos que en 2017 Netflix animaba a compartir cuentas. La pérdida de algunos usuarios era de esperar, pero perder más de 1 millón de usuarios en poco más de un mes tiene consecuencias importantes para Netflix e influirá en su decisión de seguir con su medida a nivel mundial. Monitorizar los próximos trimestres para ver cuántos de estos consumidores deciden volver a suscribirse será clave para la estrategia de Netflix en este ámbito.