
La CNMC estima que todos ellos cometieron una «infracción muy grave» al firmar contratos de adquisición de derechos audiovisuales de la Liga y la Copa de El Rey con una duración superior a tres temporadas con posterioridad al 14 de abril de 2010, fecha en la que Competencia dictó una resolución en la que consideraba que este tipo de contratos eran acuerdos de empresa prohibidos legalmente.