En los cómics y películas de acción, cuanto más perverso y cruel es el villano, más humillante, dolorosa y épica suele ser su muerte. Sin embargo, en la vida real esta ley del karma no siempre se cumple y algunos de los más terribles tiranos acaban sus días en la cama, plácidamente y sin ningún remordimiento. No obstante, Adolf Hitler, quizá el malvado más icónico de la historia reciente, sí que tuvo una muerte a la medida de sus megalómanos delirios, como muestra el documental ‘El día que murió Hitler’, que Discovery MAX estrena el jueves 12 de mayo a las 22,30 horas.
Este trabajo, que incluye una parte dramatizada que aporta una visión única de los últimos momentos de vida del Führer y abundante material de archivo, está basado en una serie de entrevistas filmadas en 1948 con diversas personas del círculo íntimo de Hitler, que se encontraban en el búnker en el que se refugiaba en las postrimerías de la II Guerra Mundial.
Así, ‘El día que murió Hitler’ muestra el más terrible castigo para una de las personalidades más controvertidas del siglo XX. Las últimas horas y el desenlace final de Hitler no fueron espectaculares aunque sí los más humillantes y terribles para este personaje obsesivo, reprimido, paranoico, egocéntrico, neurótico, vengativo y antisocial que finalmente tuvo que aceptar su derrota tanto en lo militar como en lo personal y reconocer que su sueño supremacista, supuestamente dictado por la providencia, no era más que un demencial delirio que sólo sirvió para sumir al mundo y a su adorado pueblo alemán en un horror desconocido hasta entonces por la humanidad.
Desde la caída del Sexto Ejército alemán en Stalingrado, en enero de 1943, pero sobre todo desde la batalla de carros de Kursk en julio del mismo año, la guerra en Europa tenía ya un seguro perdedor: la Alemania de Hitler. Sin embargo, hasta que el Führer no se vio acorralado por el ejército soviético en el mismo centro de Berlín, en la primavera de 1945, no tomó la decisión de claudicar como líder supremo y acabar con su vida disparándose a la cabeza, en un pacto suicida con su esposa (que se envenenó con cianuro). El día anterior, el 29 de abril, la noche en que se casó con Eva Braun, escribió un doble testamento, uno privado y otro político, cuando ya tenía claro que el suicidio era su única salida. Su ejemplo fue seguido por Joseph Goebbels y su esposa, Magda, tras envenenar a sus seis hijos.
Jueves 12 a las 22.30h