
En tiempos antiguos la cigüeña blanca anidaba en los acantilados del este y suroeste europeo o en remotos e inaccesibles bosques. Pero cuando el hombre empezó a criar ganado y a cultivar la tierra estas aves encontraron nuevos lugares donde alimentarse y anidar y en lugar de extinguirse, como nunca fueron cazadas como otros animales salvajes, crearon colonias en los lugares más insospechados asegurándose así el futuro.
Las cigüeñas viven a caballo entre África y Europa llegando a latitudes tan meridionales como el Báltico pero evitan los viajes largos sobre el mar y por eso cruzan los estrechos lo más rápido posible. En Europa esta gran ave migratoria es muy querida y anida frecuentemente en los tejados, chimeneas y los campanarios de las iglesias. Se alimenta en los campos y lugares abiertos donde hay humedad y mucha vida animal. En otoño, las cigüeñas europeas vuelan en bandadas hacia África y en primavera suelen volver al mismo nido que dejaron 6 meses atrás en Europa que es habitual que usen durante años. De porte majestuoso y gran longitud es un ave considerada de buen agüero, anunciadora de buenas noticias y símbolo del nacimiento de los niños. Su longitud, alrededor de los 100 cm, y su envergadura, cercana a los 220, su vuelo y su gráciles andares hacen de esta especie un ave inconfundible.
Emisión: Sábado 8 a las 15.30
Departamento de prensa de TEUVE