El pingüino emperador está a punto de entrar en la lista de especies en peligro de extinción pero algunos investigadores trabajan a contra reloj para evitar que se extingan.
Los principales factores que provocan su desaparición son el calentamiento global del planeta; las industrias pesqueras que agotan las reservas naturales de los océanos; las inusuales temperaturas del agua y el constante deshielo están contribuyendo a la desaparición del alimento base de los pingüinos. Todo esto está provocando la muerte de más del 50% de los pingüinos en algunas zonas de la Antártida. El pingüino emperador es el más grande de todos los pingüinos. Su peso oscila entre los 30 y 40 kg y de adulto pueden medir hasta 115 cm. Su hábitat principal es el continente antártico y se alimenta de peces pequeños, calamares y crustáceos. Pueden sumergirse a de más de 300 mts y bucear unos 20 minutos. Son animales fieles que cada año buscan a su pareja del año anterior para poder aparearse y sólo en el caso de no encontrarla, casi siempre porque haya muerto, elegirá a otra. El reencuentro supone un tiempo de cortejo y la búsqueda del mejor lugar donde depositar su único huevo al inicio del invierno. Cuando la hembra pare el huevo, el macho lo coje entre sus patas para que entre en contacto con el frío y lo tapará con su abdomen permaneciéndo así hasta que nace el polluelo. Mientras la hembra caza, el macho duerme, ayuna y da calor al huevo durante meses, perdiendo la mitad de su peso corporal.

En cuanto nace la cría, la hembra regresa para alimentarla y así el macho puede volver a cazar. Cuando las crías crecen la colonia suele juntarlas a todas, mientras los padres cazan, en las guarderías de pingüinos donde esperan impacientes la vuelta de sus padres que los reconocen por sus gritos. En cuanto llegue el verano la cría será completamente independiente, época en la que la caza abunda y es más fácil su captura.
Emisión: 24 de agosto, 15:30h
Departamento de Prensa de Teuve