A las 13:00h, acaba de comenzar el consejo de administración, en el que Eugenio Galdón, será sustituido en la presidencia, por José María Castellano, ex consejero delegado de Inditex.
A esta salida, provocada por la oposición a su gestión de la mayor parte del accionariado de la compañía el 68,4% del capital, en manos de inversores institucionales internacionales, ya que el 6,5% que mantiene la caja canadiense CDPQ acabará apoyando la postura mayoritaria, se le unirá, previsiblemente a medio plazo, la del consejero delegado, Richard Alden.
Los accionistas que han apoyado este golpe de timón trabajan ya, en paralelo, con varias compañías de búsqueda de directivos, para encontrar, aunque sin prisas, un ejecutivo que complemente a Castellano.
El desafío para Castellano no es pequeño. Uno de los problemas de Ono es su abultado endeudamiento. La operadora tiene que hacer frente a vencimientos de deuda crecientes: 113 millones de euros en 2008, unos 200 millones en 2009, 418 millones en 2010 y 500 millones en 2011.
Como los flujos de caja de Ono se elevan a unos 250 millones anuales, la única solución para hacer frente a la deuda es una mejora radical del margen bruto de explotación (ebitda), actuando sobre los costes.
Otras soluciones alternativas como aportaciones adicionales de los socios, la entrada de nuevos accionistas, o la realización de emisiones de deuda al mercado parecen altamente improbables dada la actual crisis del crédito.
La propia compañía, en la justificación ante el Ministerio de Trabajo del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), para unos 1.300 empleados, el 30% del grupo, señaló que el recorte se aplicaba porque era la forma más eficaz, si no la única, de mejorar el ebitda, dados los problemas a los que hace frente.
Nueva estrategia
El propio ERE marcará una buena parte de la futura estrategia de Ono. Así, parece inevitable que el grupo adopte un perfil más bajo en el aspecto comercial, puesto que en el plan de recorte de plantilla, una de las áreas más afectadas, con 368 trabajadores (el 30% del total), es la dirección comercial.
Eso permite inferir que la fuerza comercial directa, la que peina los barrios, será progresivamente sustituida por el telemárketing y el canal indirecto. Algo parecido, pero en mayor medida, sucederá con el departamento de empresas y pymes, ya que está previsto recortar 168 empleos, el 36%.
También habrá una notable reducción de la construcción de nueva red. Ya había quedado claro con la reciente salida del grupo del director de operaciones, Joaquín Coronado, y con el anuncio de que los 363 millones de inversión material (capex) prevista para este año no se van a gastar en su totalidad.
Con este enfriamiento temporal del grupo, la visibilidad en el mercado de Ono se reducirá inevitablemente, lo que será aprovechado principalmente por Telefónica, que podría ver como su cuota de altas brutas se eleva notablemente a lo largo de 2009. Habrá que ver si la pérdida de clientes de banda ancha por la crisis económica permitirá al ex monopolio -el mayor perjudicado por las desconexiones al tener el mayor parque de usuarios- convertir esas altas brutas en ganancia neta de clientes.
La razón para que Telefónica sea la principal beneficiada de la defección comercial de Ono es que en las zonas en las que el cable es muy activo (Galicia, Cantabria, Asturias, Euskadi, Levante, Albacete, Cádiz, etc), casi se reparte a solas el mercado con su gran competidor, puesto que el resto de grupos alternativos como Orange, Vodafone o Jazztel tienen cuotas de mercado muy pequeñas.
La presión de los fondos de inversión se justifica en gran medida en que la deuda del grupo se elevaba a junio de 2008 a 3.866 millones de euros, lo que supone 5,4 veces ebitda, un ratio alto, aunque inferior al del trimestre anterior.
Sin embargo, Ono consolidó su entrada en beneficios en el primer trimestre del año -8 millones de euros- con unos resultados positivos de 20 millones de euros en el primer semestre, frente a 200 millones de euros de pérdidas del mismo periodo del año 2007. En este tiempo, Ono registró un resultado bruto de explotación (ebtida) de 343 millones, un 11,2% más que en 2007.