Este martes por la noche hemos asistido al estreno de una de las series más esperadas de la temporada, ya sea por su calidad o por las expectativas que se habían formado a su alrededor.
Desde Antena 3 nos la han vendido como la primera serie española que trata sobre un robo, la crítica (al menos los que pudieron asistir a un pase de prensa la semana pasada) ha sido prácticamente unánime y se ha deshecho en elogios.
Pero comencemos por el principio. La serie, como bien dice Antena 3, trata acerca de un robo, en este caso a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. La banda de ladrones, al más puro estilo Tarantino, no tiene nombres comunes, sino que sus alias provienen del nombre de ciudades del mundo. Desde la primera escena nos percataremos de que, a pesar de ser una banda de ladrones, el personaje de Tokio (interpretada por Úrsula Corberó, a quien vimos recientemente en «La Embajada») tendrá bastante peso en la trama de la serie o, al menos, en este primer episodio, habrá que ver si cada uno se centra en un personaje. Todos ellos giran en torno a la figura del «profesor» (interpretado por Álvaro Morte, «El secreto de Puente Viejo»), cuyo plan convencerá a todos para ejecutar el robo. En las relaciones entre los personajes encontraremos un poco de todo: enemistades, amistades, relaciones íntimas, chascarrillos…
La historia no se centra en los cinco meses de preparación del robo, sino en la ejecución del mismo. En menos de media hora desde el inicio de la serie nos encontraremos en el interior de la Casa de la Moneda.
La trama de la serie nos recuerda mucho a la de la película de Spike Lee Plan oculto (Inside Man), además de otras como Ocean’s Eleven o Reservoir Dogs. Aunque el transcurso de este primer episodio nos recuerda a estas películas, no sabemos si se trata de un homenaje al género o de un préstamo generoso.
La realización de la serie por parte de la productora Vancouver está muy cuidada, es una serie oscura, angustiosa e, incluso, asfixiante y, sobre todo, la narración es coherente.
Pese a las similitudes y al efecto de déjà vu, le daremos una oportunidad, pero si tras uno o dos episodios más las similitudes prosiguen, quizás lo más sensato sea rescatar la cinta de Spike Lee. Por el contrario, si la ficción demuestra tener personalidad propia, como apunta el desarrollo de los personajes, habrá que seguir la veintena de capítulos de los que se compondrá la serie, que, recordemos, se emitirá en dos partes, con el verano de por medio.
Héctor Prades
