¿Es el modo de vida de nuestra familia el mejor de todos los posibles? ¿Seríamos más felices si cambiara nuestro día y día y las circunstancias que lo rodean? ¿Cómo sería nuestra existencia si hubiéramos nacido en otra ciudad o en otro ambiente social? Estos interrogantes constituyen el punto de partida de ‘Me cambio de apellido’, nuevo factual que Cuatro estrenará el próximo viernes 5 de octubre en prime time. El programa, producido por la cadena en colaboración con Boxfish TV, planteará estas preguntas a 16 familias españolas que intercambiarán sus casas, sus rutinas, sus trabajos y sus entornos para demostrar su capacidad de adaptación y lo sólido (o no) de sus convicciones.
‘Me cambio de apellido’ es ante todo una experiencia inmersiva en la que los participantes se pondrán completamente en la piel de otros y podrán aprender y descubrir cosas no sólo sobre otras realidades, sino también sobre ellos mismos. Costumbrismo, humor y emociones se mezclan en este formato cuyo espíritu recuerda al de ‘Ocho apellidos vascos’. Dos familias estratégicamente opuestas y dos estilos de vida puestos a prueba: así comienza el nuevo programa de Cuatro para la noche de los viernes.
La mecánica: intercambios, anfitriones y una nueva forma de vida a la que adaptarse
Cada entrega de ‘Me cambio de apellido’ arranca con una presentación general en la que se muestran las formas de vida que se van a intercambiar. Antes de iniciar el proceso, las familias dejarán escritas en una pizarra las rutinas y actividades semanales que tendrán que realizar las personas que ocupen temporalmente sus casas y designarán a un ‘anfitrión’ de su confianza que se encargará de supervisar lo que ocurra durante sus días de ausencia.
La experiencia comenzará cuando los cabezas de familia se crucen en un punto geográfico intermedio entre sus hogares para cederse temporalmente su coche y las llaves de sus respectivas viviendas. Cuando lleguen a sus destinos, los miembros de cada familia tendrán que efectuar una inmersión total en la realidad de las personas con la que se han intercambiado, adoptar sus costumbres y realizar las tareas y actividades que les haya indicado en las pizarras. Para ello contarán con el asesoramiento y la ayuda tanto del ‘anfitrión’ como de otros familiares y amigos. Antes de recuperar sus apellidos, los protagonistas de cada entrega se reunirán en un restaurante de carretera en el que intercambiarán sus impresiones sobre la experiencia que han vivido y escucharán las apreciaciones del ‘anfitrión’ y el grupo de familiares y amigos que evaluarán su grado de integración en la comunidad.
En la primera entrega, madridistas e independentistas
‘Me cambio de apellido’ comienza con dos familias completamente antagónicas: madridistas e independentistas. Unos, aferrados con orgullo a la España de los toros, el fútbol y el bar; y los segundos, tan ajenos al tipismo que quieren construir su propio estado.
En el madrileño barrio de Vallecas vive la familia Castaño, formada por Toñín, el padre, taurino y madridista hasta la médula; Sonia, la madre y mujer multi-tarea; y sus dos hijos adolescentes: Toñín Junior, muy parecido a su padre, y Rafa, el pequeño de la casa, que va más por libre. Toñín es un personaje emblemático en el mundo del madridismo. Su bar, ‘El rincón de Toñín’, es un auténtico museo del madridismo y el referente vallecano para ver los partidos del Madrid. También se le conoce como El torero Toñín por su amor por el mundo taurino.
La familia Blancafort viene de Les Masies de Voltregà, en Barcelona. Jordi, el padre, y Dolors, la madre, han educado a sus hijas adolescentes, Ivette y Laia, en los postulados independentistas, animalistas, feministas y anti-futboleros. Jordi y Dolors se consideran personas abiertas; de hecho viven juntos, pero están separados a la espera de vender su casa para poder tomar una decisión definitiva. Ivet es la hija mayor y la que tiene más carácter; define el fútbol como el deporte de los tontos, está en contra de los toros y le gusta la política. Laia, la pequeña, es más tímida y menos vehemente que su hermana mayor.
Durante el primer programa, los espectadores comprobarán cómo ambas familias pasan del estupor inicial a los esfuerzos de adaptación de cada uno de sus miembros. Entre otras peripecias, Toñín recorrerá la geografía catalana subido a una bici con un cicerone tan o más independentista que el propio Jordi. Por su parte, el patriarca de la familia Blancafort pondrá todos sus principios del revés cuando acceda a ir a una corrida en la mismísima plaza de Las Ventas. ¿Surtirá efecto el cambio de papeles? ¿Llegarán a comprenderse?
Viernes 5 a las 22.00h