35 años más tarde del peor accidente nuclear de la historia, ocurrido en Chernóbil (Ucrania), se estrena Chernóbil: 35 años después, el nuevo documental de Movistar+, que visita la denominada Zona de Exclusión, Zona Muerta o simplemente la Zona, de la mano del presentador y aventurero británico Ben Fogle. Se trata de una visita inquietante al paisaje más fascinante y radiactivo del planeta Tierra. Treinta kilómetros alrededor de ese reactor número cuatro donde la vida se quedó atrapada en ese momento fatídico.

El reportero explora la ciudad fantasma de Pripiat, una localidad abandonada y de acceso restringido que se ha convertido en una metrópoli de peregrinaje para cientos de temerarios que cada año se saltan las restricciones en busca de emociones fuertes y selfies impactantes. Allí, visita la antigua escuela, acompañado de uno de sus antiguos alumnos que contaba con tan solo 9 años en el momento del accidente, y las ruinas del Hospital 126 en el que fueron atendidas las primeras víctimas. En su viaje, también entrevista a un policía que estaba de guardia la noche del 26 de abril de 1986. Con el objetivo de garantizar su seguridad, Ben Fogle dispondrá de un medidor que controla su exposición a la reactividad, el enemigo invisible.

Con un permiso especial, Ben Fogle se adentra en la misma central nuclear de Chernóbil donde accede a la sala de control número cuatro, lugar donde se fraguó el desastre, siendo uno de los pocos extranjeros que han podido acceder al sarcófago original que envuelve el reactor accidentado. Por razones de seguridad radiológica la visita solo puede durar cinco minutos.

A lo largo de los días en la Zona de Exclusión, el aventurero descubre el extraño lugar en el que se ha convertido el lugar más fascinante y radiactivo de la Tierra, desde el puesto de escucha abandonado de la era soviética, hasta los espacios de vida improvisados y no oficiales que ahora emergen dentro de las viviendas abandonadas. Se une a la policía local en una redada en busca de “stalkers», jóvenes que entran ilegalmente en la zona en busca de emociones, y conoce también a una mujer que decidió regresar a su tierra natal a pesar de la prohibición del gobierno y los peligros de la radiación.

Más allá del desastre, el nuevo documental de la plataforma ofrece otra visión. Por un lado, Chernóbil se ha convertido en un santuario donde la naturaleza y la vida salvaje han retomado sus dominios; por el otro, el enorme arco de acero que recubre el reactor número cuatro se ha convertido en un símbolo de la cooperación internacional. Veintiséis países han financiado los 1.500 millones de euros que ha costado su construcción. Y es que, en medio de las ruinas, en el lugar más radiactivo de la Tierra también hay sitio para la esperanza.

Martes 22 a las 21.00h

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