
Le pidieron que, para aparecer en una película, se pusiera un disfraz lo suficientemente grotesco para que hiciera reír. Chaplin entró en el vestuario del estudio y cogió unos grandes pantalones que pertenecían al cómico Fatty Arbuckle; un viejo chaleco, un bombín y unas botas enormes. Por último se plantó en la cara un ridículo bigotillo y acompañó su andar con un bastón de caña. El vagabundo más famoso de la historia del cine daba así sus primeros pasos.
Todos los sábados del mes de abril por la noche TCM Autor celebrará el nacimiento de Charlot estrenando los 33 cortos y el largometraje que el actor protagonizó y dirigió para la compañía Keystone en 1914, y que han sido restaurados por el British Film Institute. Películas que duran entre 10 y 25 minutos y que tienen títulos tan sugerentes como Charlot, periodista; Charlot hace cine; Charlot en el cabaret o Charlot, falso dentista.
Y es que la variedad de oficios y situaciones que permitía el personaje de Charlot eran infinitos. Cuando a Chaplin le preguntaban que definiera a ese extraño ser que había creado, decía: ?No es uno, sino muchos. Un vagabundo y un caballero. Un soñador, pero con un sentido práctico. Te puede hacer creer que es un profesor de física o un jugador de polo, y aunque es un tipo orgulloso, no tiene inconveniente en recoger del suelo una colilla, robar el caramelo a un niño y, si está enrabietado, dar una patada en el culo a una dama?.
Sábados a las 23.30h