
La medida de vender los terminales libres se produciría como consecuencia lógica del fin de las subvenciones a los terminales para captación de nuevos clientes, que puso en marcha la compañía en marzo, que forzó a competidores como Vodafone a seguirle. Una vez eliminadas las subvenciones, la compañía estudia eliminar el bloqueo de los terminales (SIM lock), que los hacen esclavos, y que impiden a sus abonados operar con la tarjeta de otra compañía.
?Inventamos el SIM lock en un mercado el cual había que crecer y en el que estamos subsidiando los terminales. Entonces teníamos que proteger las exportaciones de móviles, en una industria en la que estaba todo por hacer. Ahora todo el mundo tiene un móvil. Es el momento de revisar y repensar el modelo de anclaje si querremos evolucionar hacia las Telecos 4.0. Los terminales nos ayudaron a crecer, pero no pueden ser ahora nuestro elemento clave?, indicó Gilpérez.
El directivo de Telefónica se mostró consciente de una medida de ese calibre debería arrastrar a los competidores, especialmente a Vodafone, Orange y Yoigo (con excepciones), que también aplican la política de terminales esclavos, pero se mostró seguro de que Movistar pueda marcar el camino al resto. ?Tenemos la obligación de apuntar la línea por donde va el sector. Siempre uno tiene que haber uno que sea el primero, y hemos demostrado que no tenemos miedo. No sé si este será el próximo salto, pero lo estamos estudiando?.