
Para compensar el fin de los ingresos de los anuncios, la ley establece que las televisiones privadas aporten anualmente a RTVE el 3% de sus ingresos y que las operadoras de telecomunicaciones cedan el 0,9%. Además, el Estado aporta al grupo estatal un 80% de la recaudación de la tasa que pagan radios, televisiones o empresas de telefonía por el uso del espacio radioléctrico. Para completar los 1.200 millones presupuestados, el Estado inyectó a RTVE otros 579,4 millones.
Pero la cuentas se han descuadrado fundamentalmente por la errónea previsión en cuando a la recaudación de la tasa radioléctrica. En el presupuesto de 2010, se contemplaba que por esta partida RTVE recibiría 330 millones de euros (el 80% de lo que el Ministerio de Industria esperaba cobrar), pero en realidad solo ha ingresado 250. Gaiteiro recalcó que, al margen de estos desajustes, la corporación ha hecho sus deberes: «En lo que hemos tenido capacidad real hemos gastado menos e ingresado más de lo presupuestado».
Ayer, el presidente de RTVE, Alberto Oliart, dio que de haber vendido los derechos del Mundial de Motociclismo, en 2010 la compañía hubiera ahorrado 40 millones de euros. Casi lo justo para equilibrar las cuentas.