Hoy, 28 de diciembre, es el aniversario del nacimiento de Edgar Neville, considerado uno de los mejores directores de nuestra historia y, sin duda, el cineasta que mejor consiguió captar la forma de vida, popular y castiza, de la sociedad de su tiempo.
Por ello, en FlixOlé queremos rendirle homenaje con una colección especial que recoge la mayoría de los largometrajes de Edgar Neville que se conservan, como «Domingo de carnaval», «El crimen de la calle Bordadores», «Correo de Indias», «Mi calle», «El baile», «El Marqués de Salamanca», «Nada» y «La ironía del dinero», entre otras; todas ellas restauradas en su máxima calidad. Porque no hay mejor tributo que volver a ver sus películas.
Estas son algunas de las cintas que encontrarás en la colección:
La vida en un hilo
En 1945, Edgar Neville hizo la que se considera su obra maestra: «La vida en un hilo». Esta película trajo a España los secretos de la comedia sentimental de Hollywood que él conocía tan bien, con una historia de diversos destinos, y sobre las segundas oportunidades que da la vida.
El ritmo alegre del largometraje, así como el humor que se respira a lo largo de la cinta, hacen de esta película un imprescindible de Neville.
El último caballo
Neville ambientó «El último caballo» (1950) en el corazón del viejo Madrid, mostrando muchos lugares que ya han desaparecido. A partir de un simple hecho, un ex-soldado de Caballería que no quiere abandonar a su montura bajo ningún concepto, Neville crea una obra sólida y muy divertida.
Esta comedia ecologista, que tan actual puede parecer en su mensaje, es una reivindicación del sainete y de la veta castiza de nuestra cultura popular, pero mezcladas con el mejor cine de género.
Duende y misterio del flamenco
En 1952, Edgar Neville realizó su mítico documental «Duende y misterio del flamenco», el cual fue su particular homenaje a una de sus pasiones: el flamenco.
Se trata de una obra sobria, intensa, sincera y rigurosa que explica el origen de algunos palos del cante grande y del cante chico andaluz y que incluye inolvidables interpretaciones de auténticos mitos como Fernanda de Utrera o Antonio «el Bailarín».
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