netflixNetflix estrena “Fe de etarras”, su segunda película española, en una fecha algo más que señalada. Bien sabían al elegir el 12 de octubre que eso iba a traer cola pero seguramente no pudieron prever que caería en un momento tan convulso en la política española.

Me acerco a un estreno que ya ha venido envuelto en polémica, pues la campaña de publicidad y el estreno en San Sebastíán vinieron acompañados de quejas y posibles denuncias de asociaciones de víctimas del terrorismo. Dicho anuncio me pareció transgresor y algo ácido pero para nada denunciable ya que a nadie le faltaba el respeto. Algo parecido sucede con la película. Por primera vez se hace humor sobre ETA en el cine, lo cual habla de la madurez de nuestra sociedad y, realmente, no hay una referencia en la película por la que las víctimas se pudieran ver ofendidas.

En el largometraje, de 85 minutos de duración (cosa que se agradece, visto que los últimos taqulillazos tienden a aburrir al espectador con tiempos de largo superiores a las dos horas) nos encontraremos con un humor muy fino e irónico, que se apoya en el conocimiento del espectador sobre el conflicto vasco y que busca mucho más el chiste inteligente que la risotada fácil.

Precisamente en él destacamos la intervención de Javier Cámara, que consigue llevar los planteamientos etarras hasta el absurdo, retorciéndolos según su conveniencia y retratar el (mal) vivir de un terrorista de boquilla que resulta ser un completo incapaz en todos los aspectos. Bien es cierto que la película no goza de un presupuesto precisamente alto pero la manera de narrar la historia y la importancia de los personajes sobre la ambientación hace que podamos pasar ese detalle por alto.

Finalmente voy a decir algo que pienso y que es posible que a algunos les escueza o simplemente no estén de acuerdo; Netflix es el nuevo Canal+. Y sí, me atrevo a decirlo en alto a la vista de estrenos como éste y es que una propuesta conceptualmente (aunque no económicamente) tan arriesgada como esta nos recuerda los buenos tiempos del canal de Prisa, en el que bajo la bandera de la innovación podía caber casi de todo y, en general, merecía la pena echarle un vistazo tanto si gustaba como si no.

Unos buenos giros de guión y un final inesperado, que por supuesto no os voy a reventar, es lo que os espera en esta película que ya está disponible bajo demanda.

Rubén Mediano

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