Las trágicas muertes de dos jóvenes escoceses en España, en 2012 y 2017, cuentan con algo en común, a día de hoy ni las autoridades españolas ni las británicas han identificado a los culpables.
Craig Mallon murió asesinado a causa de un puñetazo en la cabeza en Lloret de Mar en 2012. Seis años después, la policía española aún no ha podido identificar al culpable.
En 2017, Kirsty Maxwell falleció en Benidorm tras precipitarse por la ventana de una habitación del décimo piso de su hotel, en la habitación se encontraban otros cinco británicos que negaron cualquier responsabilidad en su muerte.
Afligidas por el dolor y el sentimiento de abandono de las autoridades de ambos países, las familias de Craig y Kirsty están desesperadas por obtener respuestas.
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